Tú sabes lo que duele
la noche sin luna,
el vivir sin ilusión,
el frío en el alma.
Tú sabes cuánto se sufre
sin la persona amada,
sin la mano que consuela
sin la boca que calma la sed,
sin el aliento que prolonga la existencia.
Tú sabes
mucho más de lo que yo sé
porque tus ojos hablan por mí
aunque no pronuncies una palabra.
Tú sabes
lo que es penar en silencio
por obtener paz y regocijo
entre lo más íntimo del ser.
Pero más que eso,
tú sabes
las cosas que este corazón
se guarda de decirte
bien por pudor, por prejuicios
o por respeto.
Porque al final de todo
tú sabes… que yo te amo.
C.L.M.-