Es la Luna llena
la que desde el cielo,
despide fulgores
y enciende luceros.
Es la Luna llena
quien con sus destellos,
hace que los seres
nos enamoremos
bajo los dulzores
de luces y sueños…
Y es su resplandor
tan límpido y bello,
que hasta las estrellas
duermen en su lecho,
porque ella, inquietante,
muestra sus desvelos
de alumbrar al orbe,
a la mar y al viento.
Por ello, la Dama
de Noche, es: ensueño
de los que navegan
en blancos veleros,
y los que prometen
amores eternos.
Y al llegar el alba,
esconde los ecos
de los que se amaron
susurrando versos,
llenándose el aire
de arrullos y besos…
Pilar Mateo García- Madrid de Revista Poética Azahar –